viernes, 30 de octubre de 2009

Y A LOS TRES DÍAS RESUCITARÉ

Callaba la tierra y gané
sus más altos laureles.
Mi carne se fue volando a
los rumbos del no comprendo;
mi cuerpo se fue gimiendo
al árido entender
de mi retrato sin ojos.

No quiero decir que no quiero, ni pretendo
mirarme apesadumbrado / en la inquietud.

Soy ciego avivar, azuzado
y revoltoso, pues son
un regimiento mis sentimientos
tan plenamente plagados
de la sangre que escurre
bajo las órbitas
de mi Cruz.

¡Qué miedo! Dijo al despertar…
¿Qué miedo? Respondí: no puedo verter
en ti
lo que solemos condonar / en el espacio
más o menos inexistente, como aquel
como quien vive
tan lleno y tan
colosalmente
con los meniscos de mi aversión.

Son dos los reflejos que tengo
sumidos en la impiedad del noble llanto,
cuando lo eterno peca de amargo,
cuando lo inhibo y no le dejo continuar.

De arena y sal me complemento, de sol bañado en
chispitas color marrón.

Y rimo deses-
perado que el cielo
me ha arrebatado la plenitud
(como una llaga inigual que en el pecho
cargado de espinas le deja)
un fiero color
lapislázuli.


...

domingo, 25 de octubre de 2009

EL ÚLTIMO POEMA

Fraguado en octubre con una leve mancha imperdonable
el poema nos transgrede hasta la raíz
de la órbita lejana que recorre el
espacio
de tus caderas.

Su mancha es plenitud impalpable
como los escritos
de los que fuimos víctimas la noche del 26 de agosto.
Pero ese poema inefable es incapaz de consolarnos
ni siquiera claudica su propia avenencia,
cuando compete al vuelo de los pájaros
lleno de arrojos subrepticios
y deshilados brotes
de azúcar consumada
en los inicios de la palabra amor.
Es amplio, no se anda con triquiñuelas
y tiene abigarrado un ensalce en el corazón.

El poema, digámoslo, carece de sentido.
Su luna es otra luna diferente a la que llueve
y algún mecenas –herético– le impele a
los intersticios de luz
a la que alguna vez nos dirigimos
antes de alcanzar
la soltura irrepetible de la noche.

El poema no tiene nombre ni quiere existir
a menos que consiga bendecirnos en
el reino en que los hombres
se vaticinan a sí mismos,
hartos de la finura del Ser
con esos aires de ambigüedad.

El poema no lo cree pero en realidad
es hijo de Dios, coincide consigo y desfallece
al ser pronunciado.

Mas quiere confabularnos en la impiedad
que significa querer antes que andar
como la oruga que avanza al mar
y abandona su capullo en la madera.

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lunes, 19 de octubre de 2009

ACERTIJO

Preceptivo y estridente / sonido
de repente nos azuza
con el glorioso zumbido de la muerte.


Hay de moras dulces. Quizá también
honores sin honor. Hay elocuentes gritos
que tornan infames sobre la noche abrupta.
Hay premios que son de fuego / y queman
como la luz intermitente de la luna.

Hay dolores incesantes
que alumbran como un haz en tu balcón.
Hay cegueras, flores y figuras
que son el agua y la sal para esta tierra.
Finalmente, hay hermosas costumbres
que por más que uno no quiera perseveran.

Sortijas de cobre: incestuosas quimeras.
Hay un flagrante acertijo en la penumbra.


martes, 13 de octubre de 2009

LA SACARINA

Dejaré el alcohol pero no las mujeres,
mi trabajo me costó ser llamado La Sacarina


Porque endulzo, pero no engordo, me prefieren;
porque si mientes dices que las quieres, si no
las condimentas.
Repletas de amor las dejas, queriendo más, y más
cada vez; más hambrientas de ti, sedientas, y luego
absueltas - por el oficio
de la serpiente. Cascabeleras, deslizan su voz
entre las sábanas: quieren que las quieras, y tú
las degustas, así, revolcándose, llenas
del santo pecado de Adán.

Qué de manzanas por saborear, lo juro; cuánto no haré
con ellas de indebido. Seré en su pecho un siervo herido,
y en el mío ardiente seré
como la cúspide del sol.

La primera vez hallé / en ellas la muerte más intensa,
el sinsabor de sus besos; la pleura que se desprende
cuando consigo
ser tul de piedra
justo en sus ojos.

Qué frío desliz. Lo siento, pero su muerte pequeña es,
yo me corrijo al taladrar sus piernas. Pues, aunque quiera,
ninguna es intrusa, ni puede serlo. Mejor se miran
desnudas de cualquier complejo, y yo
dejo quebrarse sus alaridos.

¡Ay, qué delicias! La una en su canción me dijo:
déjame hacerlo, no te detengas.
Y a la segunda yo susurré:
me quise romper por ti.

Ya en la tercera ocasión dejé / hacer a un lado
el protocolo; y aquella noche también morí,
mas qué de muecas logré sacarle.

De ahí en delante no supe de mí;
ya nunca más dudé en ahogarme
ni en esconderme bajo sus gestos.

Pues al final, amigos míos, sólo les cuento
que no debieran / perderse de situación así.
¿Y qué?
Lléguenles, anden, sin aspavientos, total
si son umbríos consigo mismos
¿qué más pueden perder?


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martes, 6 de octubre de 2009

CIERTO

Cierto es, que los infiernos mudan
con la ternura del sol. Cierto, también,
que nos hemos olvidado
de la pureza más digna. Cierto,
hermano, que ante el vestigio
del verano antepasado
no hemos corrido
a detener su avance en la tolvanera.
Que la certeza del amor es tan risible
como las bromas que se enfundan
un aire de infamia
bajo los labios.

Cierto es, que los botones ejemplares
no inundan el mundo; que los colores
más primarios
son el punto final
de cada beso. Que en cada estrofa entrego
solamente lo cierto, lo inmundo, y no más
–en ocasiones un guión, a veces una coma–
ni contrahechizos, ni vituperios.

Cierto, que soy acuífero
en los vados de un hotel. Y lluevo, por desgracia,
tupido de redundancias y estribillos; ahogado
en sostenes y calzoncillos, que ni siquiera
me pertenecen. Cierto.


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lunes, 5 de octubre de 2009

C A N C I Ó N … (de cuna sin Luna)


La brevedad del ocio – todavía no inclina
el ataúd del odio en la balanza
.”

En tus ojos se escabullen
presurosas las constelaciones. Remotos, fingimos
un dolor que nos apresa cada vez más. Hija mía, hermana
de la desolación, dime dónde resides al caer el sol,
dónde pudiera placear tu nombre. ¿Dónde, en mí,
en tu apoteosis? ¿Quién circunscribe
la levedad que nos ampara?
( Dónde se encuentra tu plenitud )
Seamos la llama, la gran perpetuidad del azul
que se conjuga en tu rostro
al ser la gota
que desvanece el dique.

Profunda, la mar se levanta. Difusa, la luz
desliza tus párpados al danzar.
Mi baile se regodea de ti, mis ámbares
sueñan
convertirse en un
fenómeno sobrenatural
para tu sien. Diamantes, de agua y ceniza,
son el reflejo –la sal– que escurre
atravesándonos lentamente. De pronto
surge un Delfín
para cundir el canto
de la inquietud
con su voz:
¿qué nos depara
la noche circunfleja?
–Querida–


Pero ahora di dónde, o dime quién fui,
la última noche que pasé en oriente
( Y digo: cielo ––Adieu, ma fille! )
“Descanse en paz.”


.

martes, 29 de septiembre de 2009

“sueña que es cuarzo”

Consiento los límites del no, los tergiverso.
Cuando una sola evolución ha conseguido desbocarnos.
Los armatostes del día no bastan para inscribir
en ellos un dueño
que siga siendo el pretérito de mi contusión
más inequívoca.

Sigo escuchando al chacal. Su aleta
nos des-
estabiliza
y entonces recurro al espejo para observar
una sola privación que no comprenda
lo inmenso de mi soledad. ¡No!
(Estás ebrio –me digo a mí mismo–.)

Las cataratas del mensajeo se ruborizan,
cual mi último escrito
trajo consigo una palabra incapaz de romper
el daimón del domingo. Charlo con el maestro
desde la pasada temporada.
–Cabe recalcarlo–.

Tengo inscritas las iniciales
de un programa de televisión
que veía cuando niño. Tengo una infección
desvestida
por la cuarentena de mis noches. (Repito
la brevedad del abismo congelado
por una aparición inconcebible.)

SOLAS
la hebras de mi caballo derogan
el intersticio de lo que quise esconder
hasta el día de ayer… mientras el hielo cruje despacio
bañando mis pies con su ceniza.


domingo, 27 de septiembre de 2009

MI CUERPO AJENO

“¿Y cómo quieres
llamarle a tu burdel?”
–me preguntó–
: Paty.

Será necesario extrañarnos,
echarnos de menos antes de recurrir
a la inmensidad del pez.
Qué cándida es su voracidad, es cierto,
sin embargo, no le apetece condescendernos con
la disección que atravesó la tierra
el santo día
de San Lucas.

Hundidos en una onda, lo batracios alimentan
la sequedad de mi cuerpo. Sagaces, impúdicos
serpentean sobre mis venas conduciendo
hasta el último resquicio de mí
su color,
cual si fuesen
un juego de serpentinas.

En mi boca,
bacterias.
En mi aliento, la lucha del aire contra el viento
atrae un sinfín de contradicciones.
La luna aparece en el firmamento, y yo
no estoy preparado para recibirle.

El cielo se pinta
como un despeñadero
(toda su luz boca arriba)
y yo rimo, pero no puedo rimar mi nombre,
no puedo
como la gracia de la eternidad,
cuando entonces aparece
un corazón de sal
que hace las veces
del arcoiris.



domingo, 20 de septiembre de 2009

ÓRBITAS



“Demolido por la pasión del mar
voy de regreso al quinto cielo
que se esconde bajo mi piel.”

Después de las once
llega la inconsistencia de no dormir
apretujado por la emoción del sueño.
[No tengo conciencia, no he
construido misterios.]
La sedosidad de una paz transitoria
se autonomina ser mi amuleto… (¿y qué?)
Ciertamente soy un planeta.

Después de las once
el aya de los deseos me grita.
Cual plañidero consigo verme en
la mitad del patíbulo: ve…
(repite)
no veas, no vengas– “tuércete
como las espinas de las rosas”,
y caigo.

Dialogo con un eufemismo
al devolverle su fugacidad a las estrellas.
Mido lo mismo que miden los cometas, y al final
encuentro las lunas que llegarán palmeando

conmigo cinco grados

al oeste de mi corazón.

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miércoles, 9 de septiembre de 2009

Equiponencias



"como decía Campoamor, ten paciencia corazón, que es mejora lo que veo...

que es mejora lo que veo: deseo sin posesión, que posesión sin deseo"

Canción: Gracias por el fuego

Artista: Buena Fe


FESTEJO DE MI PASIÓN

Lo conozco, no sé, no me importa
Lo conozco, yo sí, y quién es
Lo conozco, su destino es la horca.
Moriremos todos de una vez.

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martes, 1 de septiembre de 2009

QUÉ SOLEDAD LA DE LAS OLAS

Mis garras no dejan de estar, de ser vulnerables
bajo la piel del tigre. Mis labios no deja de andar mi cuerpo,
ni pueden esconderse, ni pueden desteñirse.

¿Por qué no habremos de ambular en lo infinito,
si en un instante desaparece, termina siendo
la luz del precipicio,
o solamente oscuridad perenne?

Venérea es la sangre que escurre en la mar,
sutil su candor como mi canto impío.
Aunque sea cierto que es incapaz
de concedernos
siquiera un gramo de su optimismo.

Y quise una vez transitar
por las inmensidades del recuerdo,
y fui del aire
al fuego,
del fuego al agua, del agua
salí directo
hacia los rincones de la piedad.
(Pero qué aguda
resulta ser la palabra.)

Conocí los templos de la salinidad, conocí los riscos
donde se empañan de ternura
los besos de las ninfas y de las diosas.

Anduve travieso, sobre todo fresco
de falda en falda,
de una emoción en otra,
y hoy sólo tengo
para deciros, queridos amigos:
Qué soledad la de las olas.

Y quise también volar.
Quise verterme en la conjugación del vino.
Logré escapar hacia los muslos de la verdad, morderlos
y ver cómo sus espinas
se anudaban en mi garganta.

Me enseñoreé con los deleites ––con los delirios––
la vaguedad de los peces de cristal,
que temblorosos se desgajaban
de líquido a mi alrededor.

Y entonces, lleno de rosas, de novedosos circuitos
mordí además los músculos del sol
para deciros, una vez más y terminar,
queridos amigos:
Qué soledad la de las olas.

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martes, 23 de junio de 2009

MISCELÁNEA DE ESPEJISMOS

las nubes albergan cenizas cuando no encuentro
tu enredo, el escape que meditas
__________al marcharte ronca
en la demencia marchita de los sueños
de mi legado

______reflejo a bocanadas
______una pena en el espejo


y veo un aedo y un trino
acercándose a encender mis ilusiones
lo mío y sólo mío es un deslave de auras

variopinto como quedo
al ser calandria grito
________insinuante
desde el fuego
–sigo andando el Sahara de mis turbaciones–

en derredor milagros
___quedamos frígidos
y me abrazo sin quererlo
amarrado a tu espalda
pues busco al soñar un huerto
donde la sangre fluya
_______tiernamente
en tu mirada ha
cia el compás de nuestros ecos do

llueven cuerpos y en el aire se dispersan
como grumos como, impulsos mentales que no controlo
como quiméricas lunas disueltas
_________en tu belleza mortuoria
…tan silentes…

y en un solo movimiento ___bailamos
suspendidos al vaivén de nuestros egos
cruentos y lejanos
___________ cuando repito
lo que no dije la canción, donde anochezco
acongojado como las olas donde enhebro
la hiriente libación del martirio
adonde escapo

y navego las galaxias delirante
__________rumbo al sol
–hemos llegado–

detente como si entendieras
_____...veme aquí...

: me deshidrato



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lunes, 4 de mayo de 2009

RÉPLICA

Una charla más con el disco de Gonzalo Rojas

[uno]

Reamueblando los adoquines
imaginé mi mente arriando
sandeces
e ingratos repliques
de los amos de la poesía
que dicen: “el gerundio no vale,
se encuentra desfasado”.

(Intersticio
de sus pluri-
nominales
idioteces.)

Ay, Virgen mía,
¿por qué nos tienes
agarrados de los huevos
con semejantes incrédulos
mandando en el templo
de las musas y las ninfas?

Mejor dales
por culo,
y déjanos
jugar un rato
“a los esdrújulos”
– como Gonzalo –

Déjanos luchar
por el vocablo santísimo
que hace siglos
nos fue heredado por Ovidio.

…Dé-ja-nos…



[dos]

Soñando que tuve nubes
quise contarte una vez de los aviones
flotantes, que vi – locuaces –
caminando en mitad del Nilo

¡¡¡Y en esa ocasión no estaba borracho!!!

Pero esto no tiene «ná qué ver»
con lo que dije arriba.



[tres]

“Recál-
camelo
ingrata.”

La viruta es
quimérica palabra, y yo
que estoy aquí, de obsidiana,
reclamándote por estúpida.

Dime, ¿por qué no eres
simplemente poesía?



[cuatro]

En mis arrumacos describo
la ausencia de mis duros
(oséase de mis debacles)
tan pobre
como pobresor de escuela.

Recordemos la ausencia
– similar –
de los descréditos en euros, y
algunas veces
en dólares. Buscando ser
siempre
lo menos execrables,
pero benditos.



[cinco]

Escribo solamente
por carecer de mejores pretextos,
o más enclíticos,
menos que sicodélicos.

Y por lo visto mis imágenes derriban
el clarísimo estertor del libro primero
que nunca llegó a las gavetas
de las librerías.

Ese que nunca escribí, pero ya
qué le hacemos...


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domingo, 19 de abril de 2009

PLÁSTICA ILUSORIA

Escuálido, ejecuto
– al compás de mis legajos –
la arrítmica forma de la espacialidad,
porque
pregunto ¿por qué?, y resumo
derramándome
la alquimia del plesiosauro, pues
– aceptémoslo – soy
un ángel
(partícula)
vetarro maniquí
sinsentido.
Soy vacuo, irreal
mas embestido
en temporal detrimento del alba
terrorífica, y embisto
también las horas,
el ausentismo vocálico, el
maquiavélico llorar de todas las patrañas
que a través de mí
procréanse en la nada. Y quiero
ausentarme, yo mismo,
al continuismo de la violencia del tiempo,
si muero, convalecido, quizá
inhiesto, en una piltrafa
de viento, violines
– demencia –
auténtico caserío ilocusorio
de álgidos destellos:
escolástico destino
de tu música
mágica. Verso.

En las plazas
veo
ignominia,
veo mentiras confabulando
su destreza derruida, pero
no quiero esa derrama
de esquizos y puñeteros anillos,
una astilla, lóbregos mareos
como las voces de la resaca,
los anestésicos
dones del tequila.

Quiero, mejor, tu
risa, sus azadones,
desempleado por el oficio, y llego
hasta los pelos de las trampas
más humildes
del artificio insinuante
donde quise, de niño,
volverme mujer.

Pero aclaro,
porque lo femenino de mí (¿?) es
la más luenga de mis imprecaciones.
No deseo
cegarme a seso de hombre, prefiero
el galáctico hueco
que ya hemos pagado
hieráticos, a loor de una costilla. Y
me embebo las cúspides
ardientes de la monotonía, digo,
en esa piel – lumbre –
de seda epidérmica,
kilometral,
como la barra donde se sirven
las vívidas emociones
híper-sexosas del imperio
donde, así
rebosan, también, algunas piernas
anónimas, y quieren
que las identifique, luego, con las mieles
andróginas del
misterio del génesis.


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viernes, 30 de enero de 2009

A OJO DE BUEN CULERO

a ojo de buen culero
se calientan las nociones
ninguneras de viejitas emociones indiscretas
chaqueteras de la brisa de los tantos trompicones
de tormenta desdeñosa
como lo es humildemente
aquel aroma en las avispas
persiguiendo los pistilos del girasol
de la salva extremaunción corpórea
del infausto pregonero: falso dios

deidad esfinge
tú que siempre amarga
nos lubricas las pestañas
la pezuñas dilatadas por el miedo
por la herrumbre de un actor
que novelezco
es quizá a merced del ego
hijo de artemio o de maría
o de los ringling brothers
– vuelve un rato celestina
y enfrenta tus deudas –

saltimbanqui que chorero
no consigue aún encajarse por bendito
en el traspié de las murallas del benigno corazón
que quisiera perdonarte
pérfida

porque siendo al mismo tiempo carnaval de los faroles
de las calles arrabales de las noches de ceniza
imposible es evitarme echarte pestes
de ser carne advenediza: ventisca pudrebunda
pusilánime juego de las putas de parís
que algunas noches de las arriba mencionadas
prefirieron mejor refugiarse en sevilla

qué desgracia sería evitarnos
esta lucha de a dos aspas giratorias
abanicos de pasión de las morosas quebraduras
que forjamos a la luz de aquel farol repetitivo

luna rugosa luna astral penuria
eres un rostro señorita aún incompleto
eres azul y a un solo tempo ruborizas
carroña herida por el vuelo de las aves de rapiña
por las garras del mismo miedo a ser lugar común

a ojo de buen culero canto
y bailo sobre la tumba de tus queridos antepasados
de los huesos arriba bailo pulverizando en mis pesquisas
el agrio túnel que hace años te parió

desde mi pueblo los espectros de satán
van y te esperan a la salida del autobús
haciendo fuerza mientras tanto
la santa muerte sodomiza cuatro carretas
donde tu abuela no imagina el chaparrón
donde tu sangre cíclica espiga
respingadita sirve de remo a caronte
a sus catorce aurales flores cuando esa misma sangre
habrá tal vez durante días de derramarse
una vez más ante mí

y mi clamor será volverte a escudriñar los vendavales
del hambre erosión de tus fauces rancias de tanto sexo
y de olor tan marginales al apetito
de cualquier buen caballero
que quisiere preciarse un poco

llámame loco por estos versos
pero a ojo de buen culero tú ya no vales
nunca has valido lo
que una tarde hubieses tierna prometido
a mi soltura
a mi cansancio
ardiente del fuego alelí que
circunda alrededor del vértigo

si gustas acepto que soy el despecho hablando
por eso rimo – tal vez lo intento –
un fragmentado contraviento de la mar
de los océanos mutantes que borbotean en tu entrepierna
de valquiria

y te revuelcas
como los cerdos sobre la grasa de raudos vientres
clavas los dientes sobre la almohada precipitándote
a ser el hielo que graniza los disformes
pechos del busto de gaia

eres quimera – fugaz lentitud –
santísima hiena burlas las peroratas del cielo
donde los dignos quincuagenarios someterán otros ardores
menos altivos
no más precoces
y así terminarás tu existencia
como debiste comenzarla en un derroche
de la verga – de fangosa envergadura
te dijera el menosprecio –

y la premura de alcanzar los astros
hará mil bóvedas de cieno en tus caderas
– será tu lastre tu templo tu calvario –

regiomontano camino hacia el dorado
fue concebido como lo hicieron hace ya siglos
conquistadores apestosos y duchos intentos de hombre

falsos denarios fueron la paga
y no hubo cheque a mí ni cash ni inquietos viáticos
y la factura – momento alud – se hizo espesura
en los sueños de algún viaje fantástico
pero incumplido

por eso al cabo
sinceramente pa’ qué negarlo
estoy aburrido de lo anterior
y al repetirlo sólo lo digo
a ojo de buen culero

...

jueves, 15 de enero de 2009

PARAÍSO CONSUMADO

Lánguida luz marginal emplázate
dos grados nimios por debajo de la media extremaunción,
recuerda que no tienes nada más que hacerte el mártir
y obtendrás cuanto has buscado
en las penas de los frágiles erarios
del hambre de los siglos que voraces
vuelven líneas el linaje de los tigres
que nos mandan: «sé yin-yang»
– yo soy dragón -
acaso un gramo de mercurio

Revuélcate en esa hambre, hazle saber que vienes
a cundir el ansia bacanal de los azores
que resuenan las aceras guerrilleras
donde los hombres dejarán de ser palmeras
convirtiéndose en ortigas que – sin almas –
flamígeras y abstemias, detenidas por el ansia
cinco cielos al oriente de la voz de los eunucos,
migrarán condescendientes de la mierda
que han usado pa´ vendernos el dolor
del paraíso. Santa iglesia,
tú eres noche a la Pasión.

- Yo te lo digo

Hermano mío, escucha: haz la paciencia
ser tu espada, y que las penas no adelanten ni rebasen
al clamor de las vocales, de las eras venideras:
vende infiernos, compra acciones y condensa en tu destino
alguna trampa que te deje ser acaso
gran señor. Y que la noche sin ocaso, celestina
aleje al cabo el santoral de experimentos
donde te has esparcido.

Vénganos tu reino,
que las gotas de tormenta se alebresten
luz boreal y quintaesencias reprimidas.

Vénganos de Dios, y sé venganza eterna.
Cuéntanos por qué, por cuándo y dónde
seguirán las hecatombes siendo ciencia
de inexactas religiones;
siendo ausencia como el Padre
es más quimera que travesti es el poeta
cuando cuenta que las lluvias se decantan
pavoneándose a la par de los amores
de Mahoma. Santa iglesia,
tú eres hito de la Venus Magdalena.

Bafomet Arcángel sueña por nosotros.
Lucifer Embajador ruega por los otros.

Abandónanos, Vera Insignia,
ven aquí o da dos vueltas alrededor de Nicea,
y después retorna entre las fábulas
simoneas de un tal Judas.

Santa iglesia, perdona, pero por más que te niegues
eres más indispensable al ser patrona de los ciegos:
con tu cuerpo se repletan las llanuras de una nueva
evolución de los ingenuos.

La verdad, te lo confieso, revoltosa:
aquí no hay verso – por muy malo
que no te considere espuria
- Te lo juro: de veras.

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domingo, 11 de enero de 2009

ECO QUINTO

Lugar proscrito
todo esto

Bingo maldito la fuga
se intriga al nocturno
de siempre a lo mismo
en el mismo sentido
abigarra la luna
y se infiere al siniestro
causal principio sin borlas

Eso es el eco
se estruja con creces
avanza y desplaza
los cienos del oye

Se fija al viraje
el papel
fulmina las ayas
rítmicas voces anteriores

Repetimos
las sílabas punteadas
del pasado
por la lumbre

y te cuento
mandrágora
goteo de luz y sombra
encubando serenos

aún espero a que contestes
la siguiente fase
de nuestras lunadas
de nuestros besos

Imprégname tú
de humedad pretil

arrúllame al verterme ahora
en tu regazo
crisma erótica consorte

Llévame a casa
(te ruego)
…y ya no llores…



Publicado en:
Emblemas. Sidra ediciones, México: 2008.

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domingo, 4 de enero de 2009

CUANDO EL HUMO ENSORDECE

Ya no sé,
tal vez entiendo.

Mira y dime dónde existe
la verdad mientras estás
tal vez fingiendo en la embriaguez,
lo que sugiere la dulzura
en tu regreso.

Ahí,
donde todo se limita.

En el recuerdo
o en la brisa pudrebunda

¿qué más?

en las marañas del incienso,
o en la luz donde se blande
mi descanso

...