domingo, 20 de septiembre de 2009

ÓRBITAS



“Demolido por la pasión del mar
voy de regreso al quinto cielo
que se esconde bajo mi piel.”

Después de las once
llega la inconsistencia de no dormir
apretujado por la emoción del sueño.
[No tengo conciencia, no he
construido misterios.]
La sedosidad de una paz transitoria
se autonomina ser mi amuleto… (¿y qué?)
Ciertamente soy un planeta.

Después de las once
el aya de los deseos me grita.
Cual plañidero consigo verme en
la mitad del patíbulo: ve…
(repite)
no veas, no vengas– “tuércete
como las espinas de las rosas”,
y caigo.

Dialogo con un eufemismo
al devolverle su fugacidad a las estrellas.
Mido lo mismo que miden los cometas, y al final
encuentro las lunas que llegarán palmeando

conmigo cinco grados

al oeste de mi corazón.

...

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