martes, 6 de octubre de 2009

CIERTO

Cierto es, que los infiernos mudan
con la ternura del sol. Cierto, también,
que nos hemos olvidado
de la pureza más digna. Cierto,
hermano, que ante el vestigio
del verano antepasado
no hemos corrido
a detener su avance en la tolvanera.
Que la certeza del amor es tan risible
como las bromas que se enfundan
un aire de infamia
bajo los labios.

Cierto es, que los botones ejemplares
no inundan el mundo; que los colores
más primarios
son el punto final
de cada beso. Que en cada estrofa entrego
solamente lo cierto, lo inmundo, y no más
–en ocasiones un guión, a veces una coma–
ni contrahechizos, ni vituperios.

Cierto, que soy acuífero
en los vados de un hotel. Y lluevo, por desgracia,
tupido de redundancias y estribillos; ahogado
en sostenes y calzoncillos, que ni siquiera
me pertenecen. Cierto.


...

No hay comentarios: