EDECANEADO

Grutas de olivo y sin tanta sal
que la gente aspira
y así olvidar
acaso las penas dormidas.

Pero ella en la faena
cree poder dar desconcierto,
que a los muchos cortesanos
negará sus sentimientos
(repulsorios y sinceros
como son todos los odios)


Porque al cabo
ella es toda mármol,
así, tan queda,
con el humor entre las manos
y una risa por mollera;
y los hombres darán credo
a su andar ligeramente,
pues verán de perlas luego
su mirada impertinente…

Hasta yo fui arrinconado
por querer darle alabanza,
e intenté por vez primera
acercarme a darle agrado
cuando abrió con arrebato
la ignorancia de su estela,
y dejó mi aire en el suelo
con sustancia traicionera.

Doy por ello rimas blancas,
ni tan propias ni tan magras;
para qué si sólo espero
que en helar se desinflamen,
tras haber sufrido lid,
mis amadas partes blandas.

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